“Mi mayor honra es surgir del seno de los oprimidos, que son el alma y nervio de la raza”…… (Augusto Nicolás Calderón Sandino)


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martes, 28 de agosto de 2012

«Ante nuestros ojos» Siria es sólo un pretexto

La crisis acaparó nuevamente la escena diplomática estas últimas semanas. Un doble veto tuvo lugar en el Consejo de Seguridad de la ONU, la Asamblea General votó una resolución y el enviado especial del secretario general de la ONU presentó su renuncia. Toda esta agitación, contraproducente en el campo diplomático, responde a objetivos que nada tienen que ver con la búsqueda de la paz.

Los occidentales no tenían ninguna razón diplomática que justificara un voto sobre su proyecto de resolución, mientras que los rusos ya habían anunciado de antemano que no aceptarían su adopción. Tampoco tenían razón alguna los occidentales para buscar la adopción de una nueva resolución en la Asamblea General de la ONU, que ya había adoptado una anterior redactada en términos similares. Y, para terminar, Kofi Annan tampoco tenía razones objetivas para dimitir.

Parte de toda esta secuencia es, por demás, ilegal. La Asamblea General no está facultada para debatir sobre los temas que se hallan en manos del Consejo de Seguridad, a no ser cuando «parece existir una amenaza para la paz o un acto de agresión y cuando, debido a la falta de unanimidad entre sus miembros permanentes, el Consejo de Seguridad no puede cumplir con su principal responsabilidad en la preservación de la paz y de la seguridad internacionales», lo cual no sucede en este caso ya que los promotores de la resolución insisten en presentar la crisis siria como un problema de carácter exclusivamente interno.

En todo caso, la Asamblea General de la ONU no mencionó esa facultad (conocida como «Unión para la preservación de la paz»). Los dirigentes occidentales sugirieron, sin embargo, que la Asamblea General disponía de una prerrogativa más importante aún: de un derecho de injerencia humanitaria. Esto constituye una evidente estafa intelectual. La Carta de la ONU se basa en el respeto de la soberanía de los Estados miembros, mientras que el «derecho de injerencia» (antiguamente denominado «misión civilizadora») es el derecho del más fuerte, al que tantas veces han recurrido las potencias coloniales para conquistar el mundo.

Es desde esa perspectiva que los dirigentes occidentales han venido denunciando constantemente la inacción del Consejo de Seguridad en el caso sirio. Lo cierto es que no ha habido tal inacción sino que el Consejo de Seguridad se halla dividido, como lo han demostrado los tres vetos sucesivos. Lo que demuestran los hechos es que el Consejo se mantiene activo puesto que incluso ha adoptado ya 3 resoluciones sobre la crisis siria (las resoluciones 2042, 2043 y 2059). Cuando el jurado de un juicio penal no logra ponerse de acuerdo sobre la culpabilidad de un acusado y lo pone en libertad, a nadie se le ocurre decir que el tribunal se mostró impotente sino que se dice, por el contrario, que el tribunal se pronunció. Cuando el Consejo de Seguridad de la ONU, que es una de las fuentes del derecho internacional, decide rechazar una resolución lo que hay que admitir es que esa instancia se ha pronunciado, independientemente de que estemos satisfechos o no con su decisión.

Kofi Annan explicó su renuncia en los siguientes términos: «la creciente militarización en el terreno y la evidente falta de unidad en el Consejo de Seguridad han cambiado fundamentalmente las circunstancias para el éxito de mi misión». Una declaración totalmente inconcebible. El señor Annan aceptó sus funciones el 23 de febrero. En aquel momento, el Ejército Árabe Sirio asediaba el Emirato islámico de Baba Amro, donde unos 2 o 3 000 combatientes se habían atrincherado junto a sus instructores occidentales, en momentos en que China y Rusia ya habían recurrido por 2 veces a su derecho de veto. En realidad, ninguno de los actores ha modificado su posición en lo más mínimo. Lo único que ha cambiado es la correlación de fuerzas en el terreno: una facción de la población siria que apoyaba a los grupos armados está respaldando ahora al ejército nacional de Siria mientras que, después de haber perdido el Emirato islámico de Baba Amro, los Contras no han logrado apoderarse de Damasco, ni de Alepo, y actualmente carecen de santuario. Kofi Annan está desertando del campo de batalla sirio, como ya lo hizo en Chipre, en 2004, cuando su plan de paz para esa isla fue rechazado por un referéndum.

La actitud de Annan indica que el ex secretario general de la ONU veía su misión desde la perspectiva de un derrocamiento del presidente al-Assad mediante el uso de la fuerza y ahora no sabe qué hacer ante el fracaso militar del Ejército «Sirio Libre», respaldado por Occidente. Evidentemente, la dimisión del enviado especial, aparte de expresar la confusión de este último, también forma parte de la campaña occidental tendiente a criticar una «parálisis de la comunidad internacional» y a atribuir la responsabilidad de dicha situación a Siria, Rusia y China.

Lo anterior revela el verdadero significado de toda esta agitación. A los occidentales no les interesa para nada el bienestar de los sirios: son precisamente los occidentales quienes están armando a los mercenarios que torturan y cometen masacres a gran escala, y no tienen la menor intención de dejar de hacerlo. Su actividad diplomática está orientada única y exclusivamente a poner en tela de juicio la existencia misma del derecho internacional, acusando a rusos y chinos de bloquear el funcionamiento de los órganos de la ONU.

No se equivocó el muy obsequioso Ban Ki-moon. Al abrir el debate sobre Siria en la Asamblea General de la ONU, el secretario general desmintió el análisis presentado en la resolución. Ban Ki-moon no denunció entonces la existencia de un conflicto entre sirios. Lo que hizo fue deplorar «una guerra a través de intermediarios» cuyos verdaderos contendientes son las grandes potencias, una guerra cuyo objetivo no es precisamente apoderarse de Siria sino el ajuste de una nueva correlación de fuerzas a nivel mundial.

Fuente
Tichreen (Syrie)



miércoles, 22 de agosto de 2012

Toma del Palacio Nacional por el FSLN

El 22 de agosto de 1978 se llevo a cabo la toma del Palacio Nacional en Managua, Nicaragua. Este operativo llevó por nombre "Operación Chanchera" y fue planificada y ejecutada por un comando guerrillero sandinista. En ese momento se encontraba la Cámara de diputados en pleno discutiendo el Presupuesto Nacional. Era la lucha a muerte en contra de una de las dinastías más crueles de Latinoamérica, la de Anastasio Somoza Debayle. La dictadura de Somoza se caracterizó por la opresión al pueblo nicaragüense y el enriquecimiento ilícito de la familia Somoza y sus allegados. Una dictadura cien por ciento apoyada por los Estados Unidos.

martes, 21 de agosto de 2012

Celac: Nueva esperanza para el futuro del continente latinoamericano

El nacimiento de esta organización expresa la creación de una correlación regional y mundial de fuerzas en un nuevo ecenario, donde la hejemonia  de EEUU y las crisis económica y finaciera actual han demostrado los graves problemas actuales del capitalismo.

 Celac es el reflejo institucional de un nivel
 cualitativamente superior en la larga lucha de los pueblos
 por su emancipación, integración y unidad. (Getty Images)

La Radio del Sur

Este viernes 2 de diciembre se inicia en Caracas una jornada histórica para el continente Latinoamericano, altos funcionarios de las 33 naciones independientes de la región, dejarán constituida la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), organización de concertación política e integración que reúne por primera vez y de forma exclusiva a esos Estados.

Este hecho, coinciden analistas cubanos, es el reflejo institucional de un nivel cualitativamente superior en la larga lucha de los pueblos por su emancipación, integración y unidad.

Expresa también la creación de una correlación regional y mundial de fuerzas en un nuevo escenario, donde la hegemonía de Estados Unidos y la crisis económica y financiera actual han demostrado los graves problemas estructurales del sistema capitalista.

Ante los cuales, la única respuesta imperial ha sido generar guerras y conflictos armados con el fin de apoderarse de los recursos de aquellos países menos desarrollados.

Una posición distinta, basada en los principios de igualdad soberana, en el respeto, la democracia, la cooperación, complementariedad y solidaridad, en el diálogo permanente que promueva la paz y la seguridad regional, es la propuesta de la Celac, como nuevo bloque político continental.

Sin embargo, este es solo el comienzo, nuevos retos se presentan a partir de ahora, explicó a La Radio del Sur, la periodista cubana, Marina Menéndez, especialista en temas de América Latina.

Se plantea también para el joven mecanismo de integración, la urgente tarea de convertirse, desde su fundación, en una alternativa encaminada a velar por los intereses, los recursos, el desarrollo y el bienestar de los pueblos de la región.

Además de ser, por sí misma, una respuesta a la Organización de Estados Americanos (OEA), convertida en caja de resonancia de los intereses norteamericanos, manifestó el historiador cubano Luis Suárez, investigador de temas latinoamericanos.

En este sentido, Nidia Díaz, analista internacional, subrayó también el hecho de que la Celac surge dejando fuera a los que sembraron la pobreza, la discordia y la exclusión social en el continente.
Parte entonces de las propias potencialidades de los países miembros para, a través de la unión, fortalecer y proteger a los estados latinoamericanos de los peligros que acechan.

Destacó a su vez que la nueva organización se nutre de experiencias integradoras de la región como el Alba, Unasur, Caricom y el Grupo de Río, prueba de lo enriquecedoras que resultan la unidad y la pluralidad latinocaribeñas a la hora de concertar acciones comunes y entendimientos colectivos sobre el fondo unificador de una historia de luchas contra la explotación colonial y neocolonial.

Por primera vez los gobiernos se han planteado aproximaciones distintas, basadas en el respeto a las diferencias, el compromiso con el futuro de sus pueblos y en la necesidad de construir un espacio regional de concertación, capaz de consolidar una posición común para hacer frente al decadente y destructivo sistema capitalista.

NG

Discurso completo de Julian Assange desde la embajada de Ecuador en Londres

viernes, 17 de agosto de 2012

Chomsky: En la sombra de Hiroshima


El 6 de agosto, aniversario de Hiroshima, debería ser un día de reflexión sombría, no sólo acerca de los sucesos terribles de esa fecha en 1945, sino también sobre lo que revelaron: que los seres humanos, en su dedicada búsqueda de medios para aumentar su capacidad de destrucción, finalmente habían logrado encontrar una forma de acercarse al límite final.

Los actos en memoria de ese día tienen un significado especial este año. Tienen lugar poco antes del 50 aniversario del momento más peligroso en la historia humana, en palabras de Arthur M.

Schlesinger Jr, historiador y asesor de John F. Kennedy, al referirse a la crisis de los misiles cubanos. Graham Allison escribe en la edición actual de Foreign Affairs que Kennedy ordenó acciones que él sabía aumentarían el riesgo no sólo de una guerra convencional, sino también de un enfrentamiento nuclear, con una probabilidad que él creía de quizá 50 por ciento, cálculo que Allison considera realista. Kennedy declaró una alerta nuclear de alto nivel que autorizaba a aviones de la OTAN, tripulados por pilotos turcos (u otros), a despegar, volar a Moscú y dejar caer una bomba.

Nadie estuvo más asombrado por el descubrimiento de los misiles en Cuba que los hombres encargados de misiles similares que Estados Unidos había emplazado clandestinamente en Okinawa seis meses antes, seguramente apuntados hacia China, en momentos de creciente tensión. Kennedy llevó al presidente soviético Nikita Krushov hasta el borde mismo de la guerra nuclear y él se asomó desde el borde y no tuvo estómago para eso, según el general David Burchinal, en ese entonces alto oficial del personal de planeación del Pentágono.

Uno no puede contar siempre con tal cordura. Krushov aceptó una fórmula planteada por Kennedy poniendo fin a la crisis que estaba a punto de convertirse en guerra. El elemento más audaz de la fórmula, escribe Allison, era una concesión secreta que prometía la retirada de los misiles estadunidenses en Turquía en un plazo de seis meses después de que la crisis quedara conjurada. Se trataba de misiles obsoletos que estaban siendo remplazados por submarinos Polaris, mucho más letales. En pocas palabras, incluso corriendo el alto riesgo de una guerra de inimaginable destrucción, se consideró necesario reforzar el principio de que Estados Unidos tiene el derecho unilateral de emplazar misiles nucleares en cualquier parte, algunos apuntando a China o a las fronteras de Rusia, que previamente no había colocado misiles fuera de la URSS.

Se han ofrecido justificaciones, por supuesto, pero no creo que soporten un análisis. Como principio acompañante de esto estaba que Cuba no tenía derecho de poseer misiles para su defensa contra lo que parecía ser una invasión inminente de Estados Unidos. Los planes para los programas terroristas de Kennedy, Operación mangoose (mangosta), establecían una revuelta abierta y el derrocamiento del régimen comunista en octubre de 1962, mes de la crisis de los misiles, con el reconocimiento de que el éxito final requerirá de una intervención decisiva de Estados Unidos. Las operaciones terroristas contra Cuba son descartadas habitualmente por los comentaristas como travesuras insignificantes de la CIA. Las víctimas, como es de suponerse, ven las cosas de una forma bastante diferente. Al menos podemos oír sus palabras en Voces desde el otro lado: Una historia oral del terrorismo contra Cuba, de Keith Bolender.

Los sucesos de octubre de 1962 son ampliamente aclamados como la mejor hora de Kennedy. Allison los ofrece como una guía sobre cómo restar peligro a conflictos, manejar las relaciones de las grandes potencias y tomar decisiones acertadas acerca de la política exterior en general. En particular, los conflictos actuales con Irán y China.

El desastre estuvo peligrosamente cerca en 1962 y no ha habido escasez de graves riesgos desde entonces. En 1973, en los últimos días de la guerra árabe-israelí, Henry Kissinger lanzó una alerta nuclear de alto nivel. India y Pakistán han estado muy cerca de un conflicto atómico. Ha habido innumerables casos en los que la intervención humana abortó un ataque nuclear momentos antes del lanzamiento de misiles por informes falsos de sistemas automatizados.

Hay mucho en que pensar el 6 de agosto. Allison se une a muchos otros al considerar que los programas nucleares de Irán son la crisis actual más severa, un desafío aún más complejo para los formuladores de política de Estados Unidos que la crisis de los misiles cubanos, debido a la amenaza de un bombardeo israelí.

La guerra contra Irán está ya en proceso, incluyendo el asesinato de científicos y presiones económicas que han llegado al nivel de guerra no declarada, según el criterio de Gary Sick, especialista en Irán. Hay un gran orgullo acerca de la sofisticada ciberguerra dirigida contra Irán. El Pentágono considera la ciberguerra como acto de guerra, que autoriza al blanco a responder mediante el empleo de fuerza militar tradicional, informa The Wall Street Journal. Con la excepción usual: no cuando Estados Unidos o un aliado es el que la lleva a cabo.

La amenaza iraní ha sido definida por el general Giora Eiland, uno de los máximos planificadores militares de Israel, “uno de los pensadores más ingeniosos y prolíficos que (las fuerzas militares israelíes) han producido. De las amenazas que define, la más creíble es que cualquier enfrentamiento en nuestras fronteras tendrá lugar bajo un paraguas nuclear iraní. En consecuencia, Israel podría verse obligado a recurrir a la fuerza. Eiland está de acuerdo con el Pentágono y los servicios de inteligencia de Estados Unidos, que consideran la disuasión como la mayor amenaza que Irán plantea.

La actual escalada de la guerra no declarada contra Irán aumenta la amenaza de una guerra accidental en gran escala. Algunos peligros fueron ilustrados el mes pasado, cuando un barco estadunidense, parte de la enorme fuerza militar en el Golfo, disparó contra una pequeña nave de pesca, matando a un miembro de la tripulación india e hiriendo a otros tres. No se necesitaría mucho para iniciar otra guerra importante.

Una forma sensata de evitar las temidas consecuencias es buscar la meta de establecer en Oriente Medio una zona libre de armas de destrucción masiva y todos los misiles necesarios para su lanzamiento, y el objetivo de una prohibición global sobre armas químicas –lo que es el texto de la resolución 689 de abril de 1991 del Consejo de Seguridad, que Estados Unidos y la Gran Bretaña invocaron en su esfuerzo por crear un tenue cobertura para su invasión de Irak, 12 años después.

Esa meta ha sido un objetivo árabe-iraní desde 1974 y para estos días tiene un apoyo global casi unánime, al menos formalmente. Una conferencia internacional para debatir formas de llevar a cabo tal tratado puede tener lugar en diciembre. Es improbable el progreso, a menos que haya un apoyo público masivo en Occidente. De no comprenderse la importancia de esta oportunidad se alargará una vez más la fúnebre sombra que ha oscurecido el mundo desde aquel terrible 6 de agosto.


Noam Chomsky
La Jornada



jueves, 16 de agosto de 2012

Integración latinoamericana por la fuerza común




La reciente inclusión de Venezuela como miembro pleno del Mercado Común del Sur (MERCOSUR) no solo fortalece a esa entidad económica, la cual centra su actividad en las principales naciones del área austral del hemisferio.

De hecho, y cabe afirmarlo con total certeza, es acto que brinda el nuevo impulso a la integración de todas las naciones latinoamericanas y caribeñas, cuyo empeño esencial es fabricar la más estrecha unidad y concertación.

No se trata de retórica barata. Existe la clara tendencia entre las diferentes entidades integradoras regionales hacia fines cada vez más abarcadores, en el claro entendido de que, si bien persisten lógicas diferencias entre nuestros conglomerados humanos, son mucho mayores los factores de todo tipo que propenden a la convergencia.

En pocas palabras, se va confirmando la tesis de que hoy, con más certeza, todos los esfuerzos parciales en materia de integración, son partes y aportes al surgimiento definitivo del gran cuerpo que más tarde o más temprano debe cobrar forma definitiva desde el Río Bravo hasta la Patagonia.

Venezuela, en el seno del MERCOSUR, no es más que nueva puerta y renovado enlace entre las naciones de ese conglomerado austral con otras zonas y entidades como el Caribe o como la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA), por solo citar dos ejemplos, en cuyo seno Caracas desempeña también notable papel proclive a la unidad indispensable y urgente.

Lo decía el propio presidente Hugo Chávez cuando ponderaba el ingreso como miembro pleno de su país en MERCOSUR, al cual incorpora no solo considerable aporte material, sino además concepciones de avanzada en el terreno de la convergencia los cuales dejan atrás el limitado marco comercial que no pocas veces, y bajo otras circunstancias políticas regionales, se constituyó en el pivote de más de un organismo regional.

Chávez destacaba, además, como otro elemento fundamental, la ampliación hacia otras partes del continente que supone para MERCOSUR contar con socios de alianzas amplias y renovadoras como el ALBA, y con la trascendente actividad de cooperación con los restantes pueblos de esta, nuestra parte del hemisferio.

Por supuesto, para Cuba, defensora permanente de la integración justa, amplia y fuerte, y creadora junto a Venezuela en 2004 del ALBA, la presencia de Caracas en MERCOSUR es nuevo triunfo de nuestros pueblos en su camino de unidad.

Agredidos y cercados por más de medio siglo, defendiéndose permanente de toda suerte de atentados terroristas y económicos, para los cubanos asistir a la hechura del entorno geográfico progresista y firme es, sin dudas, premio de marca mayor.



por Néstor Núñez



NICARAGUA: LEER PARA VIVIR


NICARAGUA: LEER PARA VIVIR por julius67

jueves, 2 de agosto de 2012

NICARAGUA: ALBA - soberania, justicia, transparencia

ALBA - la Alianza Bolivariana de los Pueblos de las Américas ha fortalecido la soberanía de los países de Centroamérica y el Caribe y ha permitido políticas de justicia económica para sus pueblos por medio de políticas redistributivas. Por rechazar el dominio de las grandes corporaciones transnacionales y el sistema capitalista como tal, el ALBA ha sido fuertemente atacado por los gobiernos de los Estados Unidos y la Unión Europea y por sus aliados locales. Un eje de ataque muy deshonesta ha sido de criticar la transparencia del ALBA. En este video se demuestra la falsedad de los ataques y los innegables beneficios del ALBA para la región, específicamente para Nicaragua - un reporte por Diego Lopez y toni solo.

El revolucionario

"... sean capaces de sentir en lo más profundo cualquier injusticia, cometida contra cualquiera, en cualquier parte del mundo, pués es la cualidad más linda de un revolucionario..."

Ernesto Guevara de la Serna - Che

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